
Foto: De izquierda a derecha; la segunda soy yo!!!!
Una idea truncada hace ya 4 años cuando mi padre me pregunta: - hija ¿Qué quieres estudiar? Mis opciones fueron muchas; tenía pensado estudiar idiomas modernos, Comunicación Social, psicología, educación preescolar y gastronomía, que era en la que realmente de niña siempre me he destacado. Ésta ultima no le agrado nada a mi papá; decía que no iba a llegar a ser nadie, que lo mejor era una licenciatura en una de las otras carreras, por ello ahora estudio Comunicación Social en la USM.
Algo irónico es que 5 años después mi papá me esté pagando el curso de formación de cocineros sin pero alguno, jajajajajaja ahorita está feliz, no hace sino hablar con sus amigos de todo lo que he aprendido y cocinado en estos últimos meses.
La cocina a mi en lo personal me trae toda la felicidad del mundo, porque por fin estoy haciendo lo que realmente me gusta, a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida, pero llegó un momento donde si me afectó. Allí es donde uno se queda pensado y se pregunta ¿Cómo algo que haz querido hacer desde que tienes uso de razón te puede perjudicar? El porqué me hice esa pregunta está en porque en algún momento pasé a ser en vez de una amante de la cocina, una adicta. Si, una adicta que comía ya no se cuantas veces, ya no se en que cantidades tanto así, hasta llegar a pesar 145 kilos. ¿La solución? Una operación quirúrgica llamada By pass Gástrico que me tomó un año hacérmela por el mismo miedo a enfrentarme al riesgo de la anestesia y al dolor de lo que los médicos llaman “INCISIÓN”, que no es más (hablando en criollo) que una raja que te abren en la barriga donde proceden a reducir tu estomago. Un año después y gracias a esa operación he perdido 60 kilos de los 80 de sobrepeso que tenia y justo en ese momento dije: Ahora si puedo hacerlo, ya no hay nada que me obstruya el camino que siempre quise elegir eso si, no puedo dejar la otra carrera al menos solo lo quiero por el título, igual solo quedan 3 semestres donde logro complacer a mis padres como profesional del periodismo y ya luego empiezo a realizar mis sueños.
Aquí me presento en el blog como Adriana Carolina Petit Toro, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santa Maria y paralelo a esto y con todo el orgullo con el que se puede decir lo siguiente: estudiante de Gastronomía en el Instituto Culinario de Caracas (ICC).
Algo irónico es que 5 años después mi papá me esté pagando el curso de formación de cocineros sin pero alguno, jajajajajaja ahorita está feliz, no hace sino hablar con sus amigos de todo lo que he aprendido y cocinado en estos últimos meses.
La cocina a mi en lo personal me trae toda la felicidad del mundo, porque por fin estoy haciendo lo que realmente me gusta, a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida, pero llegó un momento donde si me afectó. Allí es donde uno se queda pensado y se pregunta ¿Cómo algo que haz querido hacer desde que tienes uso de razón te puede perjudicar? El porqué me hice esa pregunta está en porque en algún momento pasé a ser en vez de una amante de la cocina, una adicta. Si, una adicta que comía ya no se cuantas veces, ya no se en que cantidades tanto así, hasta llegar a pesar 145 kilos. ¿La solución? Una operación quirúrgica llamada By pass Gástrico que me tomó un año hacérmela por el mismo miedo a enfrentarme al riesgo de la anestesia y al dolor de lo que los médicos llaman “INCISIÓN”, que no es más (hablando en criollo) que una raja que te abren en la barriga donde proceden a reducir tu estomago. Un año después y gracias a esa operación he perdido 60 kilos de los 80 de sobrepeso que tenia y justo en ese momento dije: Ahora si puedo hacerlo, ya no hay nada que me obstruya el camino que siempre quise elegir eso si, no puedo dejar la otra carrera al menos solo lo quiero por el título, igual solo quedan 3 semestres donde logro complacer a mis padres como profesional del periodismo y ya luego empiezo a realizar mis sueños.
Aquí me presento en el blog como Adriana Carolina Petit Toro, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Santa Maria y paralelo a esto y con todo el orgullo con el que se puede decir lo siguiente: estudiante de Gastronomía en el Instituto Culinario de Caracas (ICC).
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